Respuesta:
Los posibles beneficios de una guerra incluyen avances tecnológicos, crecimiento económico temporal, cambios políticos significativos, unidad nacional frente a un enemigo común, y la posible caída de dictaduras. Sin embargo, estos "beneficios" no justifican los enormes costos humanos y sociales que conlleva un conflicto bélico.
Respuesta:
Los militares nos adoctrinaban proclamando que las guerras promueven progreso: la medicina experimenta avances al atender a los heridos. La actividad económica crea empleo de calidad. Las relaciones personales provocan solidaridad entre los compañeros del frente. Se aprende a relativizar el dolor y a convivir con la muerte como valores esenciales ocultos en tiempos de paz. ¿Merece la pena descubrir tantos valores de la guerra que los civiles somos incapaces de cultivar? Ahora, la guerra en Ucrania ha despertado la histórica disciplina militar alemana cuya imagen se simboliza en Prusia, que exaltó en las múltiples guerras que Alemania ha provocado y perdido: la franco-germana y las dos mundiales. Parecería que el historial de fracaso había vacunado su pasión belicista de vencedor que Clausewitz elevó a ciencia. Esta actitud pacifista actual no era definitiva, solo se hallaba humillado, pero uniformes, el olor a pólvora y los sueños de gloria en los que los soldados mueren y matan, la erótica militar de tanques, marchas marciales les atraen a las trincheras para sacrificarse por la patria y han pasado de miembro inactivo de la OTAN a comprometerse a un presupuesto militar 100.000 millones de dólares al año porque el Pentágono exige elevarlos al 2% del PIB. Entre estos miembros solidarios a la hora de invadir otros países y huir expulsados, está España que cae en las trampas que le tienden los amigos.
