Respuesta :

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Explicación:

Mijaíl Bajtín, en su teoría sobre el carnaval y la cultura popular, explica que el carnaval representa una forma de vida alternativa y subversiva a la estructura y orden social establecido. Durante el carnaval, se suspenden las jerarquías habituales, se celebran las expresiones populares, y se da rienda suelta a la risa, la irreverencia y la libertad.

Las "candilejas" (luces del escenario) representan el teatro tradicional y la cultura oficial, donde las presentaciones están estructuradas, los roles están claramente definidos, y existe una separación entre actores y espectadores. Esta estructura es opuesta a la del carnaval, donde todos participan activamente y se desdibujan las líneas entre intérpretes y audiencia.

Bajtín sugiere que el carnaval es una forma de liberación social y cultural, un espacio donde se cuestiona y parodia el orden dominante. Las candilejas, como símbolo del teatro tradicional y la cultura oficial, destruirían el espíritu del carnaval porque:

Restauración del Orden Jerárquico: Las candilejas representan una vuelta a la estructura jerárquica y autoritaria, donde hay una distinción clara entre actores (élite) y espectadores (masa). Esto contradice la naturaleza igualitaria y participativa del carnaval.

Formalización y Control: El teatro tradicional, con sus guiones y direcciones, introduce formalidad y control, mientras que el carnaval es espontáneo y desinhibido. La introducción de las candilejas impondría límites y restricciones que son ajenos al espíritu libre del carnaval.

Separación de Roles: En el teatro tradicional, los roles están definidos y el público es pasivo. En el carnaval, todos son actores y participantes. Las candilejas reforzarían la pasividad del público y la actividad exclusiva de los actores, destruyendo la participación comunitaria.

Imposición de la Cultura Oficial: Las candilejas simbolizan la cultura oficial y dominante, mientras que el carnaval celebra la cultura popular y subalterna. La imposición de las candilejas suprimiría las expresiones populares y la resistencia cultural que el carnaval encarna.

En resumen, las candilejas destruirían el carnaval porque reintroducirían las jerarquías, el control y la formalidad que el carnaval busca subvertir y temporalmente abolir. La esencia del carnaval es la libertad, la igualdad y la participación activa de todos, aspectos que las candilejas, como símbolo del teatro tradicional y la cultura oficial, contrarrestarían.