Los frailes atacados por Juan Santos Atahualpa pertenecían a la orden de los franciscanos. Durante su rebelión en la selva central del Perú en el siglo XVIII (alrededor de 1742), Juan Santos Atahualpa se levantó contra la colonización española y, como parte de su lucha, atacó misiones franciscanas establecidas en la región. Estos frailes eran parte de la orden religiosa que trabajaba en la evangelización y colonización de las comunidades indígenas en esa área.
