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"Jack London" (libro literario)
1. kiche (la loba), regresa de manera voluntaria al comportamiento indio?

2. La esposa de Weedon Scott le enseña a no matar gallinas?

3. Colmillo blanco ataca a Jin Hall en el campo?

4. Weedon Scott vive en una granja con Magie?

•(HAY UNA PELÍCULA DE COLMILLO BLANCO ESA NO ES , SI BO LA ORIGINAL Q CREO Q ESTA EN RESUMEN)

Respuesta :

Respuesta:

1. Kiche, la loba, regresa de manera voluntaria al comportamiento indio en su deseo de reunirse con su manada y por su lealtad hacia el ser humano que le mostró cariño.

2. La esposa de Weedon Scott le enseña a Colmillo Blanco a no matar gallinas como parte de su proceso de domesticación y convivencia con los humanos.

3. Colmillo Blanco no ataca a Jim Hall en el campo; más bien, se enfrenta a él en un momento de defensa y protección de su dueño.

4. Weedon Scott vive en una granja con su esposa, pero su nombre es Matt, no Magie.

Recuerda que estos son resúmenes y pueden variar según la interpretación del texto. espero hábrete ayudado:D

Respuesta:

Aun lado y a otro del helado cauce de erguía un oscuro bosque de abetos de

ceñudo aspecto. Hacía poco que el viento había despojado a los árboles de la capa de hielo

que los cubría y, en medio de la escasa claridad, que se iba debilitando por momentos,

parecían inclinarse unos hacia otros, negros y siniestros. Reinaba un profundo silencio en

toda la vasta extensión de aquella tierra. Era la desolación misma, sin vida, sin movimiento,

tan solitaria y fría que ni siquiera bastaría decir, para describirla, que su esencia era la

tristeza. En ella había sus asomos de risa; pero de una risa más terrible que todas las

tristezas..., una risa sin alegría, como el sonreír de una esfinge, tan fría como el hielo y con

algo de la severa dureza de lo infalible. Era la magistral e inefable sabiduría de la eternidad

riéndose de lo fútil de la vida y del esfuerzo que supone. Era el bárbaro y salvaje desierto,

aquel desierto de corazón helado, propio de los países del norte.

Pero, a pesar de todo, allí había vida; lo que significaba, sin duda, todo un reto. Por la

pendiente del helado cauce bajaba penosamente una hilera de perros que parecían más bien

lobos. La escarcha cubría un hirsuto* pelaje. El aliento se les helaba en el aire en cuanto

salía de su boca, era despedido hacia atrás en vaporosa espuma hasta posarse en sus pies, en

donde se cristalizaba. Los perros llevaban sendos jaeces* de cuerpo, como tirantes, que los

mantenían unidos a un trineo que arrastraban. El vehículo, especie de narria*, había sido

construido de recias cortezas de abedul, carecía de cuchillas o patines, y toda su superficie

inferior descansaba sobre la nieve. La parte delantera del trineo estaba vuelta hacia arriba,

a fin de que pudiera penetrar por la gran ola de nieve blanda que le dificultaba el paso.

Atada fuertemente sobre el trineo, se veía una caja estrecha y larga, rectangular. Había

también otros objetos: mantas, una gran hacha, una cafetera y una sartén; pero lo que

ocupaba la mayor parte del sitio disponible, destacándose sobre todo lo demás, era la caja

estrecha y larga, de forma rectangular.

Delante de los perros, calzando anchos y blandos zapatos de pelo para la nieve,

avanzaba trabajosamente un hombre. Detrás del trineo iba otro. Dentro, en la caja, iba un

tercero para quien todo esfuerzo había ya terminado: una víctima de aquel salvaje

desierto, un vencido que no se movería ni lucharía ya más, aplastado, aniquilado por él.

Al desierto no suele gustarle el movimiento. Toma como una ofensa la vida, porque vida

es movimiento, y él tiende siempre a destruirlo. Hiela el agua para no dejarla correr hacia

el mar; les roba la savia a los árboles - hasta helarles el potente corazón; y con mayor

ferocidad, y por más terrible modo aún, anonada y obliga a someterse al hombre. Al

hombre, que es lo más inquieto que la vida ofrece, siempre en rebelión, justamente en

contra de la idea de que todo movimiento acaba con la cesación del mismo.