Respuesta :

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Las mujeres ultraortodoxas se sienten muy orgullosas de tener maridos “sabios” que se dedican al estudio de la Torá y a la meditación. Son, como dicen muchas de ellas, su “alimento espiritual”. Sólo se pueden divorciar si su marido y su rabino lo permiten. Si lo hacen por su cuenta y tienen hijos, éstos serán “bastardos” y en un futuro sólo se podrán casar con otros “bastardos”.

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