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variedad de aplicaciones de pintura y revestimientos a base de disolventes es amplia y supone un gran reto para un sinfín de sectores.

Debido a su capacidad de resistir los elementos y el agua salada, el uso de los productos a base de disolventes está muy extendido para evitar la corrosión de piezas de todo tipo, desde aviones, barcos y vehículos hasta turbinas de viento en alta mar.

También sirve para crear superficies lisas, por ejemplo, para reducir la fricción en tuberías que lleven petróleo o agua.

Algunos instrumentos musicales como los pianos de alta gama pueden llevar un revestimiento a base de disolventes para proteger el material y darle un aspecto muy brillante.

En el sector farmacéutico, los comprimidos pueden revestirse para controlar la liberación del fármaco o enmascarar su sabor y olor. Los parches analgésicos pueden utilizar disolventes para adherir los ingredientes activos al apósito.

Los revestimientos a base de disolventes también se encuentran en la industria cosmética, para aportarles a los envases de cosméticos y perfumes un aspecto brillante y atractivo.

Todos los sectores están sujetos a la legislación en materia de reducción de las emisiones de COV. Los límites varían en función de los sectores y regiones, aunque en general están establecidos en torno a los 50 mg/m3.

Naturalmente, lo más conveniente es abordar el problema en la fuente, en la medida de lo posible. Si los límites solo se superan por poco, las empresas pueden intentar reducir las cantidades de pintura utilizada o adaptar los sistemas de ventilación.

Si las concentraciones siguen siendo demasiado elevadas, pueden optar por cambiar a pinturas de altos sólidos. Estas pinturas tienen menor contenido en COV y, por tanto, se reduce el riesgo de superar el límite.

Sin embargo, para muchas aplicaciones, los productos a base de disolventes siguen siendo la mejor o la única opción.

LA SOLUCIÓN

Se emplean muchas tecnologías para reducir las emisiones de COV, aunque la oxidación térmica es la primera opción de muchos productores. Esta técnica implica la combustión de las emisiones para convertir los COV en dióxido de carbono o en agua que, a continuación, puede liberarse de manera inocua a la atmósfera.

Sin embargo, puede resultar caro y poco eficaz si la producción es discontinua, ya que es necesario el consumo de energía para la combustión de las emisiones aunque las concentraciones de COV sean bajas o inexistentes.

El sistema de filtración móvil de DESOTEC puede suponer una solución más económica, puesto que las emisiones solo tienen que pasar por los filtros para que el carbón activo adsorba los contaminantes en caso de que estén presentes.

En este sentido, los filtros de carbón activo son especialmente adecuados para aquellas situaciones en las que la producción sea discontinua, o donde existan caudales elevados con bajas concentraciones de COV.

Los ingenieros cualificados de DESOTEC pueden ofrecerles a los posibles clientes una valoración objetiva acerca de la idoneidad del carbón activo para ciertos casos. Si creen que el tratamiento térmico u otras tecnologías funcionarían mejor, lo confirmarán.

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