Respuesta :

Respuesta:

Dos determinaciones:

· Salir de la mediocridad. Por lo tanto, desterrar lo de “¿Qué hay de malo en esto?”. No se puede llegar a la santidad por un camino de ir tirando, de mínimos, de esperar circunstancias a favor, viento a favor, no está el horno para bollos…

· Ser familia contracorriente. No os amoldéis a este mundo. Vivimos en una cultura pagana, adora a otros dioses que no son el Nuestro.

Decimos SÍ como Abraham, Moisés… como María y tantos y tantos santos:

> Pues mi casa y yo serviremos al Señor (Josué)

> ¿Qué Dios hay cómo Tú? (Salmo) - Tú eres invencible, admirable, haces maravillas (Judith)

> Amaré al Señor con todas mis fuerzas, mi mente, mi corazón, mis sentimientos. Decido entregarme a Él y que Él sea mi Dueño.

· La santidad es es personal, pero no se realiza nunca de forma individual. Los otros forman parte de este camino. NUESTRA VOCACIÓN al MATRIMONIO y a la FAMILIA es nuestro CAMINO de SANTIDAD.