Respuesta :

Las "danzas" nupciales, los cantos de los machos para atraer a las hembras o las caricias en la pareja humana, son ejemplos de comportamientos típicos del cortejo que permiten a la vez de conocerse, aislarse reproductivamente. Las funciones principales del cortejo para permitir la cópula son: sincronización, orientación, persuasión, comunicación, y aislamiento reproductor.

Sincronización: la sincronización de las actividades sexuales de machos con hembras en períodos cortos de tiempo se logra en muchas especies a través del cortejo. Así, por ejemplo, en aves es frecuente que el cortejo acelere la maduración de los óvulos.

Orientación: los animales que cantan más enérgicamente y ostentan coloraciones llamativas pueden ser oídos o vistos desde muy lejos. Esas exhibiciones ayudan a la orientación y al encuentro entre los miembros de la pareja. No obstante, si los individuos pertenecen a especies distintas, los cantos, plumajes ostentosos, aromas "afrodisíacos" no son orientativos, ya que no son tenidos en cuenta, tal como la librea sexual de un babuino en celo no suele excitar a humanos. Los animales que se comunican principalmente por señales acústicas pueden entonar melodías que desencadenan respuestas neurológicas que a su vez producen el comportamiento de acercamiento. Tales melodías pueden ser insoportables para nuestro oído, y por cierto resultar no cortejantes, pero son neurológicamente eficaces para el sexo opuesto de su especie. Muchos grillos, ranas, sapos, chicharras y langostas son así grandes "cantores".

Persuasión: este término significa que el cortejo del macho sirve para evitar las respuestas no sexuales por parte de la hembra, por ejemplo las agresivas.

Comunicación: cuando un animal se comunica, modifica a corto o mediano plazo el comportamiento de otro animal de forma adaptativa y beneficiosa para ambos. Lo hace mediante señales, que pueden ir desde las maternales, filiales, agresivas, defensivas hasta las sexuales. Las complicadas señalizaciones que realizan los machos "cangrejos violinistas" del género Uca, con sus grandes y potentes pinzas, se utilizan tanto para atraer a las hembras de su misma especie, como para ahuyentar a otros machos competidores (disuasión intraespecífica).

Aislamiento reproductor: cada una de las etapas del cortejo depende del comportamiento con que responde el congénere. El macho solo pasará a una segunda etapa de exhibición si la hembra muestra determinado comportamiento de "complicidad", y ambos pasarán a una tercera solo cuando ella realice un segundo comportamiento clave. Sucesivamente, los comportamientos de ambos se van encadenando, sincronizándose en el tiempo y determinando finalmente la cópula o la liberación de los gametos al medio ambiente o a un receptáculo intracorporal.

Ningún animal que no esté fisiológicamente apto para la fertilización podrá completar esta exigente cadena de comportamientos, que depende de la maduración neurológica del individuo, la cual a su vez refleja la madurez sexual del mismo.

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