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Explicación:

Este muchacho, come duele acontecer a la mayor parte de los enes de su edad y rango, se enamorò de una rica dama, Ramada Juana, considerada en sus tiempos como una de las ends bellas y sugestivas mujeres de Florencia Para conquistar so amor, Federico participaba en justas y torneos. organizaba fiestas, hacia magnificos regalos y gastate prodigenente su caudat pero la bella señora, no menos virtuosa que hermosa, se ocupaba muy poco de aquellos locos dispendios y galanterias de queen por su amar les realizaba Como gastaba más de sus posibilidades, no logrando nada en cambio, Federico perdió todas sus riquezas y quedo tan pobre que apenas le quedaba una pequeña hacienda, de cuyas rentas vivia con estrechez suma, y un halcón, que bien podia considerarse como uno de los inds bellos halcones del mundo. Aunque mas enamorado que nunca de la mujer por quien se arruino, pareciéndole que no podría seguir viviendo en la ciudad como deseaba, se retiró a Capri, donde tenia su pequeña hacienda, y soportaba alli pacientemente su pobreza, cazando pajaros con la ayuda de su halcón y sin relacionarse con persona alguna Hacia ya algún tiempo que llevaba este género de vida, cuando un dia sucedió que el marido de la noble señors Juana enfermo e hizo testamento, dejando por heredero de sus cuantiosos bienes a su hijo, ya crecido, y disponiendo que, puesto que habia amado a su esposa con ternura, pasaran a manos de ella en el caso de fallecer su hijo sin dejar descendencia. La viuda, siguiendo la costumbre de nuestras camas, fue a pasar el año de viudez en el campo, con su hijo, a una posesión que tenie, y que, por casualidad estaba cerca de la de Federico, Merced a esta vecindad, el muchacho, que gustaba de correr por las alrededores, se.

En tal estado las cosas, el muchacho enfermo, muy afligida la madre, que no tenia otro ser amado en el mundo, no se apartaba de su lado, animándole sin cesar y preguntándole repetidas veces si deseaba algo, pues ella estaba dispuesta a darle todo cuanto pidiera. A lo que el muchacho dijo una vez de Federico, creo que no tardaré en restablecerme. Al oir aquella petición, la madre quedó perpleja, y estuvo pensando -Si lográis, madre mia, que obtenga el halcón largamente sobre que podia hacer. No ignoraba que Federico la habla amado mucho tiempo sin obtener de ella ni una sola mirada y que se habia arruinado por su causa, y dijo para si «¿Como me atreveré a pedirle el halcón, que es, según dice, el mejor que se ha visto, y que, por otra parte, constituye su única medio de vida? ¿Cómo voy a ser tan desconsiderada para privar de él a un caballero que no tiene otra cosa en el mundo?» Entregada a estas reflexiones, aun cuando estaba segura de obtener el halcón si lo pedia, no sabiendo que contestar a su hijo, nada dijo.

Lamentándose de su mala fortuna, casi fuera de si, yendo de un lado a otro, pudo comprobar que no sólo le faltaba dinero u objeto alguno para empeñar, sino que ni siquiera tenia un manjar, y la hora de comer se acercaba. Grande era su deseo de atender a la noble dama, pero no podía recurrir a otros, ni aun al pobre hortelano que le ayudaba en el campo. No sabia qué partido tomar, cuando, viendo su famoso halcón, pensó que seria un buen plato, y.

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