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La creencia social puede variar entre ser abierta o cerrada, dependiendo de diversos factores como la cultura, el contexto social, las experiencias individuales y las actitudes personales.
Una creencia social abierta se caracteriza por estar dispuesta a considerar y aceptar diferentes perspectivas, ideas y creencias. Las personas con creencias sociales abiertas suelen mostrar tolerancia hacia las diferencias y estar dispuestas a escuchar y aprender de otros puntos de vista. Estas personas están dispuestas a cuestionar sus propias creencias y a adaptarlas en base a nuevas evidencias o argumentos.
Por otro lado, una creencia social cerrada se caracteriza por ser menos flexible y más rígida en la aceptación de diferentes perspectivas. Las personas con creencias sociales cerradas tienden a mantener y defender sus propias creencias de manera inflexible, sin estar dispuestas a considerar otras ideas o perspectivas que difieran de las suyas.
Es importante tener en cuenta que la apertura o la cerrazón de las creencias sociales pueden variar en diferentes contextos y temas. Además, las creencias sociales pueden cambiar a lo largo del tiempo a medida que las personas adquieren nuevas experiencias y conocimientos.
En resumen, la creencia social puede ser tanto abierta como cerrada, dependiendo de las actitudes y disposiciones individuales hacia la consideración de diferentes perspectivas y la adaptación de sus propias creencias.