Respuesta :

Ayer por la tarde, mientras caminaba por el parque, observé a un grupo de niños jugando al fútbol. Me llamó la atención la alegría desbordante que mostraban. Se veían tan felices que contagiaban su entusiasmo a los espectadores que, como yo, disfrutaban de ese inesperado espectáculo deportivo. Fue un momento verdaderamente inolvidable.

Respuesta:

En el bullicioso centro urbano, cada día miles de personas se cruzan en las transitadas calles. Entre el ajetreo de la ciudad, los cafés de esquina ofrecen refugio a los transeúntes apresurados, mientras que los músicos callejeros añaden una nota de alegría al paisaje sonoro. A pesar del ritmo frenético, hay momentos de calma en los parques sombreados, donde los paseantes disfrutan del verde oasis en medio del hormigón y el acero.

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