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Los trasplantes de órganos son procedimientos médicos en los que un órgano o tejido dañado o enfermo se reemplaza por uno sano proveniente de un donante. Los cuatro tipos principales de trasplantes de órganos son:
1. **Trasplante de riñón**: Es el trasplante más común. Se realiza cuando los riñones fallan y ya no pueden filtrar adecuadamente los desechos de la sangre. El donante puede ser vivo o fallecido.
2. **Trasplante de hígado**: Se lleva a cabo cuando el hígado de una persona ya no puede funcionar correctamente debido a enfermedades como la cirrosis, hepatitis, o cáncer de hígado. El hígado trasplantado puede provenir de un donante fallecido o de un donante vivo que dona una parte de su hígado, ya que este órgano tiene la capacidad de regenerarse.
3. **Trasplante de corazón**: Este trasplante es necesario para personas con insuficiencia cardíaca grave que no responden a otros tratamientos. El corazón trasplantado siempre proviene de un donante fallecido.
4. **Trasplante de pulmón**: Indicado para pacientes con enfermedades pulmonares graves como fibrosis pulmonar, enfisema, o hipertensión pulmonar. Los pulmones trasplantados pueden provenir de donantes fallecidos y, en algunos casos, se puede realizar un trasplante de un solo pulmón o de ambos pulmones.
Estos son los tipos más comunes, aunque también existen trasplantes de otros órganos y tejidos, como el páncreas, intestino, córnea y médula ósea, entre otros.