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La preocupación de la Iglesia por dirigirse a todos y extender su labor hacia la consecución del bien de todos se fundamenta en su misión de promover el amor, la justicia y el bienestar de toda la humanidad, en línea con sus principios éticos y espirituales. Aquí están algunas razones clave:
1. **Doctrina de la Solidaridad**: La Iglesia enseña la solidaridad como un principio fundamental, instando a sus seguidores a preocuparse por el bienestar de todos los individuos, especialmente de los más necesitados y vulnerables.
2. **Compromiso con la Justicia Social**: La Iglesia tiene un compromiso activo con la justicia social, trabajando para abordar las injusticias, la pobreza, la exclusión y otros problemas sociales que afectan a las comunidades locales e internacionales.
3. **Promoción del Bien Común**: La Iglesia enseña que la búsqueda del bien común es responsabilidad de todos, no solo de los individuos o grupos específicos. Esto implica trabajar para el bienestar general de la sociedad en su conjunto.
4. **Evangelización y Caridad**: A través de sus acciones caritativas y de evangelización, la Iglesia busca no solo satisfacer necesidades materiales inmediatas, sino también transformar las estructuras sociales para promover la dignidad humana y el desarrollo integral.
5. **Compromiso con la Paz y la Reconciliación**: La Iglesia también se preocupa por promover la paz y la reconciliación entre personas y comunidades, fomentando el diálogo interreligioso y la cooperación intercultural.
En resumen, la preocupación de la Iglesia por dirigirse a todos y extender su labor hacia la consecución del bien de todos refleja su compromiso con los valores del Evangelio y su misión de ser un agente de cambio positivo en el mundo, buscando el florecimiento integral de cada persona y de la sociedad en su conjunto.