Respuesta :

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Cada una de las características de la historia se puede argumentar de la siguiente manera:

1. Selectiva: La historia es selectiva en el sentido de que no puede abarcar todos los eventos y detalles que ocurren en un determinado período de tiempo o lugar. Los historiadores deben seleccionar y elegir qué eventos y aspectos son relevantes para su investigación o narrativa. Esto implica que ciertos eventos pueden ser omitidos o no recibir la misma atención que otros, lo que puede influir en la interpretación y comprensión de la historia.

2. Prospectiva: La historia puede ser prospectiva en el sentido de que los historiadores pueden analizar y predecir posibles desarrollos futuros basados en los eventos y patrones pasados. Al estudiar el pasado, los historiadores pueden identificar tendencias y procesos que pueden influir en el futuro. Sin embargo, es importante tener en cuenta que estas predicciones no son infalibles y están sujetas a cambios y contingencias.

3. Reversible: La historia es reversible en el sentido de que los historiadores pueden revisar y reinterpretar eventos pasados a medida que se descubren nuevas evidencias o se desarrollan nuevas perspectivas teóricas. A medida que se obtiene más información y se realizan nuevos análisis, las interpretaciones históricas pueden cambiar y evolucionar. Esto demuestra la naturaleza dinámica y en constante evolución de la disciplina histórica.

4. Temporo-espacial: La historia tiene una dimensión temporo-espacial, lo que significa que se ocupa tanto del tiempo como del espacio. Los historiadores estudian y analizan eventos y procesos que ocurrieron en un determinado período de tiempo y en un lugar específico. La dimensión espacial es importante para comprender cómo los eventos históricos se desarrollaron en diferentes contextos geográficos y cómo influyeron en las sociedades y culturas en esos lugares.

En resumen, la historia es selectiva en la elección de eventos relevantes, puede ser prospectiva en la predicción de desarrollos futuros, es reversible en la reinterpretación de eventos pasados y tiene una dimensión temporo-espacial que considera tanto el tiempo como el espacio en el estudio de los eventos históricos.

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